
El presidente estadounidense Barack Obama se encuentra con el presidente cubano, Raúl Castro en el Estadio Latinoamericano de La Habana, Cuba. Mientras tanto los miembros de una delegación de los Estados Unidos, que incluye el secretario de Estado John Kerry, asistieron un partido de exhibición el 22 de marzo entre el Equipo Nacional de Cuba y los Rays de Tampa.
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Source: US Department of State
El presidente estadounidense Barack Obama se encuentra con el presidente cubano, Raúl Castro en el Estadio Latinoamericano de La Habana, Cuba. Mientras tanto los miembros de una delegación de los Estados Unidos, que incluye el secretario de Estado John Kerry, asistieron un partido de exhibición el 22 de marzo entre el Equipo Nacional de Cuba y los Rays de Tampa.
El pasado 20 de Marzo el presidente Barack Obama visitó Cuba acompañado de su familia. Fue la primera vez en casi 90 años que un presidente norteamericano visita la isla. Esta visita fue un paso más hacia el acercamiento de los dos países, un mejoramiento de las relaciones que comenzó hace pocos meses desde que se abrieran nuevas embajadas y se restablecieran relaciones diplomáticas entre ambos países.
Como mencionó Obama en varias ocasiones y reiteró durante su discurso en Cuba el 22 de marzo, los objetivos de esta visita para los EE. UU. eran claros: enterrar finalmente la Guerra Fría en el Caribe, sustituir la política de contención a la isla por la política de compromiso, acercarse a la sociedad civil cubana, la cual comparte muchos aspectos con la sociedad norteamericana y apoyar y fortalecer la oposición que busca un cambio pacífico al régimen castrista.
La visita del Presidente Obama, sus acciones y sus palabras no estaban dirigidas al gobierno cubano ni a los hermanos Castro. Como él mismo expresó en su discurso: “El futuro de Cuba tiene que estar en las manos del pueblo cubano.” Lo dijo en español porque estaba dirigido no al grupo de personas reunidos en el teatro donde se llevó a cabo su discurso de despedida, sino al propio pueblo de Cuba, a la gente común de pie en los que deposita su confianza para que generen un cambio en el régimen de la isla.
Obama quería ser escuchado por el pueblo y se rodeó de símbolos y les habló en su lengua. Comió en un “paladar,” citó a José Martí, visitó a “cachita” (la virgen de la caridad del Cobre) y participó en uno de los programas humorísticos más vistos protagonizado por “Pánfilo” un típico cubano que hace humor de los problemas cotidianos de la población y está obsesionado con la libreta de abastecimiento.
El pueblo por su parte lo recibió expectante, en un país con serios problemas económicos, falta de recursos y donde la mayor meta de los jóvenes es emigrar, la visita de un presidente norteamericano es una promesa de un futuro mejor.
El gobierno cubano por su parte tenía otros objetivos, principalmente poner fin al embargo comercial, facilitar la obtención de créditos y buscar otra fuente de ayuda económica ante una inminente suspensión de los subsidios del gobierno venezolano.
En innumerables ocasiones tanto Raúl como Fidel Castro han expresado que no tienen intención alguna de modificar el régimen comunista. El acercamiento de Cuba y los EE. UU ha sido a todas luces unilateral ya que en la isla no solo no ha cambiado nada para la población, sino que se han reforzado los discursos anti-yankistas y estos han arremetido contra el discurso del actual mandatario Norteamericano desde el mismo día que abandonó la isla para dirigirse a Argentina.
José Daniel Ferrer, opositor cubano perteneciente al “Grupo de los 75” calificó la reunión del mandatario como muy positiva y como una “muestra de solidaridad con quienes luchamos por la reconstrucción de la nación.” Para la periodista y opositora cubana Miriam Leyva la reunión también significó una muestra de reconocimiento y apoyo a los grupos opositores que buscan un restablecimiento pacífico de la democracia en la isla.
A la vez que se llevaba a cabo la reunión entre los dirigentes opositores y el Presidente Obama, Michelle visitó junto a sus hijas, la biblioteca en honor a Rubén Martínez Villena en La Habana Vieja donde plantaron dos árboles de magnolias como los existentes en la Casa Blanca e inauguraron un banco en el jardín a modo de recordatorio de la visita del presidente norteamericano y su familia a Cuba.
El presidente Obama dio un discurso en el Teatro Alicia Alonso y los participantes fueron en su mayoría integrantes del Partido Socialista de Cuba, dirigentes y algunos de los más destacados líderes opositores. La Televisión Cubana, uno de los 5 canales que se transmiten en la isla, recolecto opiniones de algunos de los asistentes al discurso en el Teatro Alicia Alonso. La mayoría de estos reservaron su opinión acerca de las palabras que venían del Presidente Norteamericano y cuestionaron sus opiniones e incluso su credibilidad argumentando que lo mas seguro es que cambiara su discurso cuando volviera a USA.
El mismo Fidel Castro, una semana después de la visita del mandatario norteamericano publica en el diario “El Granma” una reflexión que se plantea como una respuesta a las palabras del presidente Obama el 22 de marzo. Castro expresa que siente “el deber elemental de responder al discurso de Obama” y califica las palabras del mismo como “almibaradas.”
En sus reflexiones Fidel Castro plantea duras críticas en contra las palabras de Obama y se niega a tomar la sugerencia del anterior de mirar hacia el futuro. Él recuerda y habla sobre las batallas libradas por la revolución hace 50 años, repitiendo lo que el pueblo Cubano lleva más de medio siglo escuchando sin que semejantes proezas llenen los platos de comida de los cubanos, ni cubran sus necesidades básicas.
Ahora todos nos preguntamos acerca del estado de las relaciones entre Cuba y USA. El presidente Obama tendió una mano a los cubanos el pasado 20 de marzo, y Fidel Castro le contesta con una de las frases culminantes de sus reflexiones: “No necesitamos que el imperio nos regale nada,” citado de las reflexiones del repertorio de Fidel.