Tenebrosa fue la sorpresa que se llevó Yánez y Desiderio Reyes cuando entraron a una cueva y descubrieron cráneos humanos que brillaban con el resplandor de sus linternas. Las cuevas de Talgua están ubicadas en la ciudad de Olancho, Honduras, y este país centroamericano ha sido reconocido por los asombrosos yacimientos de civilizaciones precolombinas como los Mayas, y otras civilizaciones mas recientes como los Lencas y los Misquitos que aun forman parte de la población Hondureña.
Cualquiera podría pensar que los cráneos que brillan son productos de la imaginación, algún acontecimiento siniestro proveniente de la magia oscura, ó algo paranormal.
Según James E. Brady, un profesor de antropología en la Universidad de George Washington; calcita proveniente de piedra caliza es el autor de tal proeza. A lo largo de más de 2,000 años, la naturaleza se encargo de cubrir los restos humanos con capas de calcita.
Vestigios de vasijas y otros artefactos fueron encontrados en lugares adyacentes a esta cueva. Un examen de los rayos-x revelo que había restos de obsidiana (vidrio volcánico) utilizado para hacer herramientas.
“Esto da inicios de una red más sofisticada ya que probablemente esos materiales fueron importados desde Guatemala, un área la cual fue controlada por los mayas” escribió Brady.
Estas redes sofisticadas eran las rutas de comercio entre las civilizaciones precolombinas; lo cual resulto en todo tipo de trueques para intercambiar objetos interesantes.
Durante el otoño, países latinos acostumbran celebrar el Día de los Muertos, o el día de los brujas. En esta estación es muy emocionante visitar y poder presenciar celebraciones tan espectacularmente escalofriantes y tenebrosas.
“Si yo fuera a Honduras, yo no perdería la ocasión de visitar estos eventos. No obstante, debe tenerse en cuenta las costumbres de pintar los cráneos, visitando las tumbas de sus seres queridos festejando con música y alimentos. La ideología de que el espíritu de las personas muertas siguen en este mundo es una creencia muy interesante. Lo dice “Sarah Greggs estudiante de comunicaciones.
En los documentos históricos hay una referencia que relata que en la proximidad de las cuevas de Talgua había a una ciudad perdida llamada Ciudad Blanca. Esta ciudad fue mencionada por primera vez por Hernán Cortez en 1526. Cerca de veinte años después el obispo Cristóbal de Pedraza escribió una carta al rey de España describiendo un viaje al centro de la selva Mosquito. En este viaje el obispo acertó la existencia de una ciudad donde los nobles indígenas comían en platos de oro. Esta ciudad ha permanecido perdida desde entonces.
La selva de Honduras, la cual solo es sobrepasada en biodiversidad por la selva de las Amazonas de Brasil, es un lugar lleno de todo tipo de bellezas naturales. La selva sirve también como protectora de secretos majestuosos y leyendas indelebles de las culturas indígenas. Las puertas están abiertas para que visitantes de otros países puedan explorar, disfrutar y admirar la belleza de la flora y fauna de esta región. Sin duda alguna, una semilla de curiosidad será sembrada en los corazones de los visitantes y al mismo tiempo un espíritu aventurero nacerá.