Después de cinco décadas de hostilidad, los Estados Unidos reestablece relaciones comerciales y diplomáticas con Cuba.
A pesar de sus críticos en el congreso el Presidente Barack Obama utilizó su poder executivo para levantar restricciones de viaje, comercio y financia. Con este proceso se espera reestablecer la relación diplomática entre los dos países.
Fidel Castro estableció su estado revolucionario socialista en el año 1959 tras desbancar al Presidente Fulgencio Bautista, y el año siguiente prosiguió a subir impuestos a comodidades americanas consiguiendo que Presidente Dwight D. Eisenhower impusiera un casi completo embargo y terminara toda relación diplomática con Cuba.
Tras la catástrofe nacional en la Bahía de Cerdos, la administración de Kennedy implementó el embargo económico que les costó aproximadamente $1.1 trillones a los países, según los estimados del gobierno cubano. Después de la Guerra Fría no comenzaron a mejorar las relaciones sino hasta el 2009 cuando Obama relajó las restricciones de viaje y trámites monetarios para facilitar viaje a nacionales cubanos y sus familiares.
Aunque el cascarón diplomático del embargo todavía existe, el impacto económico y político que se conseguirá tras las nuevas reformas es prometedor para los dos países ya que Cuba se encuentra en el pináculo del potencial para la industria de turismo estadounidense.
Compañías agrícolas y otras empresas que pueden traer infraestructura telefónica al país comunista encontrarán una alta cantidad de sanciones para poder establecerse, según el Washington Post, ya que el país sigue albergando una vieja desconfianza al capitalismo Yanqui. Para completar, compañías como Coca-Cola y PepsiCo que ofrecen productos al consumidor también se encontrarán en percances al tratar de vender en un país a donde la mayoría de la población es de muy bajos recursos.
Según el New York Times en su publicación del 23 de Diciembre del 2014 el acuerdo de Raúl Castro de la semana anterior de liberar prisioneros políticos y normalizar las relaciones parece ser fundamentalmente una decisión económica. Aunque Cuba ya cuenta con turistas Europeos y de otras partes del globo terráqueo, se espera que el nuevo público americano traiga un aire fresco a la economía cubana.