Historias de amor, dolor, triunfos, desafíos y la rebelión son contadas durante el festival del cine latinoamericano de Carolina del Norte. Es un festival que dura por un mes para reconocer y compartir películas, historias, culturas y dificultades latinoamericanas.
El festival está organizado por El Consorcio de Estudios de América Latina y el Caribe de la Universidad de Carolina del Norte en Chapel Hill y la Universidad de Duke. El festival pasará un total de 50 películas, representará 12 países, tendrá 10 cineastas en asistencia y 24 cineastas locales y jóvenes en un total de nueve lugares a través de Durham y Chapel Hill.
En su 29.o año ocurriendo, el festival empezó el 15 de sept. y continuará hasta el 13 de oct. donde el público y los cineastas, artistas, directores y actores recogen para celebrar “el poder y artesanía del cine y la producción audiovisual latinoamericano,” según al sitio de web del festival.
“Normalmente, una película es una experiencia individual,” dijo Miguel Rojas-Sotelo, el director del festival y profesor de la Universidad de Duke en el Centro para los Estudios de América Latina y el Caribe. “Personas están en una caja negra para mirarla juntas, pero todavía, es una experiencia personal. Es un momento lindo y mi parte favorito del festival cuando la audiencia queda y refleja [después de las exposciones].”
Sin embargo, la experiencia del cine incluida en el festival no está típica, según a Rojas-Sotelo, porque a diferencia de cinemas normales donde una película es una experiencia individual, estas exposiciones incluyen una discusión después para la audiencia a compartir sus reflexiones de las películas.
La discusión después de las exposiciones es una de las principales concentraciones del festival. El próposito de la discusión después de las películas es gratis y abierta para el publico a ver y compartir perspectivas diferentes de culturas y sujetos de América Latina.
Cada año, un tema está establecido para guiar las discusiones. El tema para este año es “Béisbol – Sueños — Rebeliones desparecidas,” con una concentración de Venezuela. Esta combinación de temas funcionará para mostrar la relación entre la vida, deportes, música, historia y política en las Américas.
El béisbol es un deporte muy importante a América Latina, especialmente en los países de Venezuela, Cuba y la República Dominicana. El juego, que tiene orígenes en los Estados Unidos, es una conexión entre las Américas. En adición a la exportación del petróleo en Venezuela, los jugadores del béisbol son exportaciones significativas también. De hecho, el Wall Street Journal dice que, hay 65 jugadores del béisbol venezolanos en las ligas mayores del béisbol en los Estados Unidos hoy en día. Las películas mostradas en el festival, “Papita, Mani, Tostan” y “Pelotero” son de Venezuela y la República Dominicana respectivamente, y reflejan la importancia del juego a la cultura latinoamericana.
La segunda parte del tema, los sueños, es una referencia muy familiar a las políticas estadounidenses. Los soñadores son los migrantes, personas intentando a buscar oportunidades y una vida mejor en un país extraño. El festival ha seleccionado dos documentales se llaman “Art Connections”para contar las historias de estudiantes indocumentados en Carolina del Norte intentando a obtener una educación universitaria. Aunque migración es un sujeto controvertido en todo del mundo, los documentales del festival ofrecen una oportunidad para ver migración en una perspectiva de la comunidad local.
Otra conexión entre Cuba y Venezuela es la tercera parte del tema, las rebeliones. Los dos países tienen ambientes políticas muy arduas con gobiernos represivos. En contraste a los Estados Unidos, la industria del cine en Venezuela y Cuba está producido y controlado por el gobierno.
“En mostrando las películas que han patrocinado por el gobierno, podemos hablar sobre la propaganda y empezar una conversación” dijo Rojas-Sotelo.
“No hay liberación [en Venezuela],” dijo Laura Ginnari, un estudiante de segundo año estudiando biología. “Somos controlados completamente por el gobierno. Y aunque hay talento nacional en el cien que está avanzando mucho, los canales de televisión no reporta las noticias, no discuten la situación del país y los medios sociales están afectados también. Pienso que es muy, muy importante que la gente sabe esta crisis.”
Las películas del festival es una ventana valiosa para observar las realidades y problemas políticas de los países.
En conclusión, el festival del cine latinoamericano de Carolina del Norte es una ocasión especial para admirar las películas y artistas sino también para incluir el público en una conversación importante sobre la cultura, los éxitos y los retos de América Latina.
“En general, las memorias del festival más geniales ha sido la oportunidad a conocer muchísimos directores del cine latinoamericanos,” dijo Jordi Marí, un profesor de la Universidad Estatal de Carolina del Norte y un organizador anterior del festival. “Es interesante porque, muchas veces, lo que tu piensas de la película, cuando hablas con el director, lo nunca había pensaba de eso. Cosas que parecen muy obvias de las películas, el director no había pensado o había visto.”
Como resultado, siempre hay algo para aprender, solo se necesita una perspectiva diferente. Por lo tanto, el festival se invita a todos para participar en las discusiones culturales y informativas sobre las películas latinoamericanas y porque son importantes.